Toda búsqueda de trabajo implica un ejercicio de reflexión sosegado y profundo sobre uno mismo. Sin engañarse ni pecar de autocomplacencia. Contestaré honestamente a estas preguntas:
- ¿Cuáles son mis cualidades?
- ¿Qué valores aporto?
- ¿Cuáles son mis objetivos?
- ¿Cómo ha transcurrido mi vida profesional?
- ¿Qué es lo que me motiva?
- ¿Hacia dónde me dirijo?
- ¿Cuáles han sido mis realizaciones durante mi vida profesional?
- ¿Cómo puedo sacar provecho de mis éxitos y fracasos?
- ¿Cómo me relaciono con mis colegas/superiores, que dificultades tengo, qué habilidades poseo?.
- ¿Necesito formación complementaria, cómo puedo aumentar mis capacidades?
- ¿Mi proyecto profesional es factible? ¿Cuáles son sus pasos?.
Esta reflexión conseguirá un efecto muy beneficioso en mí: me valoraré justamente renovando la confianza en mi mismo, asumiendo mi personalidad y trayectoria. Así cuando tenga que hablar sobre ellas sabré encontrar las palabras adecuadas para convencer de mi valía.